En Colombia el capitalismo alcanza su paroxismo. Las estrategias represivas correlativas a la acumulación capitalista son acicateadas en ese laboratorio del horror, para ser exportadas. El conocimiento y análisis de la realidad colombiana es relevante para los pueblos. Página de investigación periodística, pensamiento crítico, e iniciativas creativas de información para romper el cerco desinformativo.
Ataúdes de 50 centímetros: la otra cara de los Negocios en Colombia, Paramilitarismo es Estrategia Estatal.
Ataúdes de 50 centímetros: la otra cara de los Negocios en Colombia, Paramilitarismo es Estrategia Estatal.
Por Azalea Robles
“Juliette Varela en calidad de hija recibe a Rogelio Enrique Varela”
Juliette Varela se adelanta y un funcionario le entrega una pequeña cajita… un ataúd miniatura.
“…La señora Armas en calidad de esposa, recibe a Tomás Enrique Armas Días…”
Una señora, viejita, abre el ataúdcito de 50 centímetros que le ha sido entregado, y toca, palpa; los restos de una calavera, un hueso de la pierna, una mano…
“El señor Reinaldo Morales, en calidad de hermano, recibe los restos de Agustín Morales Niño”…
Se trata de una entrega de restos óseos de desaparecidos asesinados por la Estrategia Paramilitar del Estado colombiano, en una ceremonia de poca cobertura mediática, en el departamento del Magdalena, región caribeña de Colombia.
“Elvia Milena Sánchez en calidad de hermana recibe a José Fabio Sánchez y a José Ismael Sánchez”
Y estas son las frases que pronuncia una funcionaria del Estado colombiano, una tras otra, en una ceremonia bajo una carpa. El Estado hace entrega de restos de desaparecidos: los familiares reciben un pequeño ataúd y la funcionaria continúa enumerando nombres… En pocos minutos el Estado pretende saldar las largas semanas, meses y hasta años de sufrimiento y tortura causados por la voracidad terrateniente y la Estrategia Paramilitar implementada por el propio Estado. Tiene que ser una ceremonia breve, de bajo perfil mediático, pasar desapercibida, porque en definitiva los que se han beneficiado de las masacres siguen siendo propietarios, y siguen masacrando…
·Fosas Comunes, la Estrategia Estatal del Paramilitarismo y la extradición de la Verdad
La cantidad de fosas comunes en Colombia es escalofriante, sus coordenadas han sido obtenidas gracias a las denuncias de familiares de desaparecidos, a filtraciones putrefactas a las aguas de beber (el caso de la fosa de la Macarena), y tras las audiencias a paramilitares, que, acogiéndose a la “ley de Justica y Paz”, confiesan sus crímenes y dan coordenadas de fosas y otros detalles de su rol como herramienta de guerra sucia del Estado (1). Esta Ley fija una pena máxima de ocho años de prisión para los paramilitares que confiesen sus crímenes.
La ley de “Justicia y Paz” fue diseñada por el presidente Uribe (2), para que sus Paramilitares lograran impunidad, o condenas raquíticas en comparación con la crueldad y amplitud de sus crímenes: es así como centenares de capos paramilitares, autores de miles de asesinatos, han logrado librarse casi por completo de la cárcel, a cambio de expresar “arrepentimiento”, que aderezan con algunas coordenadas de fosas. Pero las grandes fortunas, nacionales o de multinacionales, que han acumulado aún más capital gracias a estas masacres, siguen intocadas.
De hecho el Estado Colombiano se ha apresurado a truncar las declaraciones de los capos paramilitares, extraditándolos a Estados Unidos para evitar que dieran demasiados apellidos de oligarcas, políticos, gerentes de multinacionales, generales, todos ellos creadores y financiadores de la Estrategia paramilitar del horror.
En el caso de los paramilitares Mancuso (3), Hebert Veloza (4), Carlos Mario Jiménez Naranjo (Macaco), Rodrigo Tovar Pupo (Jorge 40) y Diego Fernando Murillo Bejarano (Don Berna), por ejemplo, van a ser juzgados en Estados Unidos por narcotráfico, y no podrán ser juzgados por crímenes de Lesa Humanidad en Colombia. Al sacar a estos asesinos de Colombia, muchas víctimas se quedan sin conocer el destino de sus desaparecidos, pues en una primera audiencia, estos capos paramilitares suelen dar solamente una que otra coordenada de fosas. Y lo más importante ha quedado sin esclarecer del todo, truncado por la extradición: el Estado busca evitar a toda costa que se filtren los nombres de los autores intelectuales de los crímenes.
El paramilitar Hebert Veloza, alias HH declaró: "Calculo que mis dos grupos asesinaron a 3 mil personas o más. Muchos de ellos eran tirados al (río) Cauca".
Luego de casi dos años de la extradición de varios ex jefes paramilitares de Colombia, la estructura paramilitar sigue activa y perpetrando masacres con ínfulas renovadas. Los autores intelectuales (multinacionales, oligarcas y políticos) han diseñado bien su impunidad, y la forma de dar continuidad a su esperpento, dándole una capa de pintura a la apariencia de legalidad de su instrumento: el estado colombiano. La capa de pintura no alcanza, sin embargo, a tapar a lo que algunos ya llaman la “Motosierrocracia”; pero es suficiente para que de ella se aferren a nivel internacional para cerrar los ojos ante la barbarie y dejar en su sitio a un estado muy útil a los intereses de las transnacionales de USA y UE. La extradición de algunos de los autores materiales de miles de masacres, preserva impunidad y Status Quo. Mientras tanto las víctimas tratan de adivinar dónde han enterrado o desaparecido a sus familiares. Existe la posibilidad, estipulada por la Ley de “Justicia y Paz”, de que las víctimas cuestionen directamente a sus victimarios, pero esta ley es muy cínica pues no contempló un acuerdo por escrito que determinara la cooperación judicial entre Colombia y EE.UU. Y los cientos de miles de familiares, millones de campesinos que sobreviven como desplazados en los cinturones de miseria de las ciudades (pues sus tierras están en manos de Multinacionales o terratenientes oligarcas), difícilmente llegarán a Estados Unidos. Eso sí, el Estado colombiano se ha “cubierto” con esto ante la CPI: hacen las reglas a su medida.
·30.470 asesinatos confesados por los paramilitares: viabilizando los “negocios”.
El martes 16 de febrero 2010 la unidad de “Justicia y Paz” de la Fiscalía colombiana dio a conocer un informe en el que se revela que unos 4.112 paramilitares de las AUC aseguran haber perpetrado 30.470 asesinatos en unos 15 años (desde mediados de los ochenta hasta su “desmovilización” en 2003-2006). La Fiscalía recibió declaraciones de los paramilitares que dan cuenta además de 1.085 masacres, 1.437 reclutamientos de menores; 2.520 desapariciones forzadas, 2. 326 desplazamientos forzados y 1.642 extorsiones, además de 1.033 secuestros (5)
Este informe por supuesto no toma en consideración las masacres perpetradas después del gran teatro de la “desmovilización” orquestado por el principal promotor de paramilitarismo (el Estado). Ya sabemos que tal “desmovilización” fue falsa, por la cantidad de masacres perpetradas desde 2003 hasta hoy por grupos paramilitares cuya única diferencia son los nombres (ahora se llaman Águilas Negras, Los Rastrojos, etc…). Es reciclaje con cambio de nombre, y una gran operación de propaganda mediática para el Estado; pero el genocidio continúa.
Cuando el gobierno habla de “diálogos” con los paramilitares en aras de su “desmovilización”; las víctimas califican estos “diálogos” de “monólogos”: siendo el Paramilitarismo una estrategia del propio Estado. Estrategia que hoy día sigue operando: con nombres nuevos siguen viabilizando los negocios mediante masacres e inyección de terror.
El paramilitar Veloza dijo haber utilizado la "decapitación" para aterrorizar a las comunidades: "Cuando llegamos a Urabá decapitamos a mucha gente, era una estrategia para promover el terror”. Es la Estrategia de “disuadir por el Terror”: está teorizada en los manuales de contra-insurgencia del Estado (cortesía de USA), y consiste en infundir un intenso pánico a través de las torturas y desmembramientos públicos para así lograr parálisis de la reivindicación en los sobrevivientes… Se busca acallar las reivindicaciones sociales, económicas, ecológicas: se busca “disuadir por el Terror” de la reivindicación y desplazar así poblaciones enteras.
·La Estrategia Paramilitar del Estado tiene dos vertientes que son su esencia:
A la vez masacrar con ostentación para infundir terror, y a la vez encubrir a los beneficiarios de tanta muerte. La doble M: Masacrar para cambiar la realidad objetiva (expropiar, acallar) y construir la Mentira de que el Paramilitarismo es algo espontáneo y no una Estrategia Estatal y oligárquica… Esta construcción de realidad virtual opera mediante la complicidad activa de los mass-media.
Así se expresó Veloza, refiriéndose al ejército oficial de Colombia: “Nosotros éramos ilegales y son más culpables ellos que nosotros, porque ellos representaban al Estado y estaban obligados a proteger a esas comunidades y nos utilizaban a nosotros (…) Nosotros cometimos muchos homicidios y tenemos que responder, pero ellos también deben responder…”
Desde que los paramilitares han empezado a dar las coordenadas de las fosas comunes, Colombia es una vasta fosa común: el Estado aduce no tener la capacidad operativa para abrir todas las fosas (pero sí que tiene el dinero para pagar a los asesinos Paramilitares y a los militares perpetradores de masacres y desapariciones). Sin embargo Colombia es perforada por los familiares, que buscan desesperadamente a sus seres queridos (6). Así, entre trabas del Estado y ansias de los familiares de desaparecidos, entre amenazas y voluntad de volver a ver aunque sea una parte del ser amado, han empezado a aparecer miles de cadáveres.
·El Estado entorpece la identificación de los cadáveres y no viabiliza el destape de las miles de fosas
La lentitud e inoperancia de la Fiscalía en destapar las fosas, raya la complicidad criminal: tiene miles de coordenadas de fosas y no ha buscado, y concretado medidas forenses en más de algunas decenas, en cuanto a los restos humanos, la prueba de ADN ha sido hecha en una mínima medida: es el desprecio que el Estado profesa hacia los familiares y las víctimas, y la voluntad de perpetuar el crimen de desaparición que se expresan. Desprecio de un Estado que aduce “falta de recursos”, cuando bien que ha endeudado al país para pagar los gastos militares y paramilitares. Por eso, desde comienzos del 2007, una delegación de las "Madres de la Candelaria" sostuvo varias reuniones en la cárcel con el jefe paramilitar Diego Fernando Murillo alias “Don Berna” y con otros jefes paramilitares (hoy ya extraditados a Estados Unidos) y éstos les aproximaron la localización de las fosas, en la Comuna 13 de Medellín. Entonces varios familiares decidieron armarse de picos y palas para buscar desenterrar a sus seres queridos. "No pretendemos reemplazar la labor de la fiscalía (…) Nosotros, de acuerdo a lo que nos dijeron estos señores (victimarios), vamos por nuestra cuenta y echamos pala (por los barrios de la Comuna 13) a ver qué encontramos. Muchas veces ellos no quieren o no les sirve confesar dónde está "x" o "y" persona, y no les conviene decírselo a los jueces, entonces nosotros les decimos: 'tranquilos, dígannos dónde están nuestros hijos y vamos y nosotras calladitas los buscamos'.”(6)
·La mayor fosa común del continente, con 2000 cadáveres, hallada en Colombia, corre riesgo de ser alterada por el Estado que busca invisibilizarla
Recientemente en Colombia se descubrió la mayor fosa común de la historia contemporánea del continente americano, horrendo descubrimiento que ha sido casi totalmente invisibilizado por los mass-media en Colombia y en el mundo (7). La fosa común contiene los restos de al menos 2.000 personas, está en La Macarena, departamento del Meta. Varios pobladores, alertados por las filtraciones putrefactas de los cadáveres a las aguas de beber, ya habían denunciado la existencia de la fosa en varias ocasiones durante el 2009, había sido en vano… pues la fiscalía no procedía a investigar. Fue gracias a la perseverancia de los familiares de desaparecidos y a la visita de una delegación de sindicalistas y parlamentarios británicos que investigaba la situación de derechos humanos en Colombia, en diciembre 2009, que se ha logrado destapar este horrendo crimen perpetrado por los agentes militares de un Estado que les garantiza impunidad.
Se trata de la mayor fosa común del continente: desde 2005 el Ejército, desplegado en la zona, ha estado enterrando allí miles de personas, sepultadas sin nombre.
Dos mil cuerpos en una fosa común, eso es un asunto grave para el Estado Colombiano, pero sus mass-media, y los mass-media internacionales, cómplices del genocidio, se han encargado de pasarla casi totalmente bajo silencio; cuando para encontrar una atrocidad parecida hay que remontarse a las fosas nazis... Este silenciamiento mediático está sin duda vinculado con los inmensos recursos naturales de Colombia, y los mega-negocios que allí se gestan en base a las masacres.
La Comisión Asturiana de derechos humanos, que visitó Colombia en enero 2010, ha estado preguntando a las autoridades sobre el caso… las respuestas han sido preocupantes: en fiscalía, en procuraduría, en ministerio del interior, en la ONU... todos pretenden eludir el tema, mientras tratan de “operar” la fosa para minimizarla; pero ya la delegación británica la constató, y las mismas autoridades reconocieron al menos 2000 cadáveres. En diciembre “El alcalde, afín al gobierno, lo denunció también junto al sepulturero, pero después las presiones oficiales tienden a hacerles "disminuir sus apreciaciones sobre el número de cuerpos NN…” La delegación asturiana ha denunciado la ostensible voluntad de alterar la escena del crimen: “nadie está protegiendo el lugar.Nadie está impidiendo que se puedan disfrazar las pruebas. Que un tractor pueda entrar y volver a entremezclar cadáveres anónimos, a sacarlos y llevarlos a otro lugar” (8) “solicitamos a las instituciones responsables del Gobierno y del Estado colombiano que implementen las medidas cautelares necesarias para asegurar las informaciones ya registradasen losdocumentos oficiales, que tomen las medidas cautelares necesarias con el fin de asegurar el perímetro para prevenir la modificación de la escena, la exhumación ilegal de los cadáveres y la destrucción del material probatorio que allí obra(…) fundamental la creación de un Centro de Identificación Forense en La Macarena con el fin de lograr la individualización y plena identificación de los cadáveres NN allí sepultados.” (9)
La Delegación Asturiana transmitió a las autoridades otra denuncia de genocidio y fosa común, pero estas adujeron desconocimiento, y alegaron incapacidad operativa "hay tantas fosas comunes en nuestro país que..." La denuncia es acerca de hechos en el municipio de Argelia, Cauca: “Un "matadero" de gente, donde las familias no pudieron ir a buscar los cuerpos de sus desaparecidos, pues los paramilitares no las dejaron ingresar de nuevo a sus comunidades: desplazaron a los sobrevivientes. Las víctimas sobrevivientes relataron: “había gente amarrada a la que echaban perros hambrientos para ir asesinándolos poco a poco.”
En Colombia, la Estrategia Paramilitar del Estado Colombiano, combinada con el accionar de policías y militares ha sido el instrumento de expansión de Latifundios. El Estado colombiano es el instrumento de la oligarquía y las multinacionales para su guerra clasista contra la población, es el garante del saqueo: la Estrategia Paramilitar se inscribe en esa lógica económica.
·La ceremonia discreta: restos óseos que no hacen ruido:
“Esta fecha es importante para la fiscalía general de la nación porque la unidad nacional para la ‘justicia y la paz’ entrega a sus dolientes los restos óseos de 40 ‘víctimas de la violencia’, y con ello brindará tranquilidad y sosiego la las familias que durante años los buscaron…” Pronuncia una funcionaria, bajo la carpa en la cual están funcionarios del Estado y familiares de las víctimas, ningún gran medio televisivo cubre la ceremonia, y menos la contextualizará… Es una ceremonia invisibilizada por la guerra mediática que sistemáticamente oculta los crímenes de Estado. Sin embargo, algunas cámaras alternativas han grabado la escena… (10) …40 ataúdes de 50 centímetros de largo, cajitas un poco más voluminosas que una caja de zapatos, alineadas sobre mesas de plástico; algunos funcionarios, policías, y los familiares, desechos de dolor, de impacto… pocos asistentes… Pocos asistentes para algo que debería ser conmoción nacional e internacional, para un evento que debería ser mediatizado internacionalmente en prioridad noticiosa… Pocos asistentes para la entrega de decenas de restos óseos de desaparecidos, cuando esta entrega es la imagen del Terrorismo de Estado y del modelo económico capitalista sustentado en el horror. Estos ataúdes diminutos, no son sólo el dolor intenso para los familiares directos: son el inmenso ataúd en que se ha encerrado al pueblo colombiano, asesinándolo mediante la injusticia social y el genocidio militar-paramilitar…
Estas entregas de restos óseos que se producen en varias regiones de Colombia, son la esencia de un país transformado en fosa común que se entrega por fragmentos; mientras simultáneamente continúa cavándose la fosa, continúan siendo asesinados los que osan reivindicar contra el saqueo, o los que estorban en las tierras codiciadas por el gran capital… ¿Tal vez el silenciamiento, por parte de los mass-media internacionales, del Terrorismo de estado en Colombia y de estas entregas de restos humanos, obedece a que sus dueños se lucran de este genocidio mediante sus otros negocios?...¿Tal vez la poca asistencia de la gente de a pie a estas ceremonias de bajo perfil se explica por el miedo porque el país está en manos de los asesinos?... ¿O Porque el mayor Jefe Paramilitar es el presidente de Colombia?¿O Porque las familias de la oligarquía tienen a sus “muchachos de la moto-sierra” siempre listos(sus paramilitares)?...
·Discurso de la mentira impúdico ante los familiares rotos.
“Víctimas de la violencia” dice la funcionaria, como si ‘la Violencia’ fuera un personaje, algo difuso y sin rostro…
Claro está, esa es la voluntad del Terrorismo de Estado: achacarle todo a ese tipo de nociones: “la violencia”, “los actores armados”, como si se tratara de algo confuso, o de un teatrillo con “actores”, cuando las víctimas son las víctimas claras del paramilitarismo, o sea del Estado. Esos restos óseos han sido desenterrados porque los paramilitares han indicado su ubicación, para poderse acoger a la tramposa “ley de justicia y paz” que es un salvoconducto hacia la impunidad para esos servidores de la oligarquía y las multinacionales… Pero la funcionaria lee el discurso oficial, sin ningún pudor: “víctimas de la Violencia”… y uno se pregunta: si estos restos óseos de seres humanos, entregados de manera tan expeditiva e indigna, han sido encontrados porque sus mismos victimarios dijeron su ubicación… ¿por qué la funcionaria al menos no dice “victimas de los paramilitares”….?
Es el ocultismo absoluto, para darle continuidad al genocidio: “víctimas de la violencia”… es indignante esta forma de mentir: cuando son centenares de miles los asesinados, desmembrados, desaparecidos… y cuando sus vidas han sido cegadas dentro de un plan macabro de viabilización de los “negocios”… cuando está más que probada la génesis, el rol, y el combustible paramilitar…
Es curioso que los mismos apellidos de la oligarquía que mandó a masacrar al pueblo en el período histórico que sus historiadores llamaron “La Violencia”, sean los mismos apellidos que hoy mandan a masacrar en la Colombia que vive el periodo histórico de… ¿”La Violencia II”? Repetimos historia porque no tenemos las cosas claras, porque las mismas familias oligarcas que han asesinado al pueblo durante siglos, siguen perpetrando el genocidio y lo ocultan, con las mismas artimañas.
Cabe recordar la barbarie que consolidó la extensión del latifundio y la concentración de riquezas en pocas manos, mediante la barbarie de la “Violencia I”;desatada abiertamente después del asesinato de Gaitán en 1948, quien fue asesinado por mandato de la CIA, y con el beneplácito de la oligarquía liberal y conservadora.
Mediante sus historiadores, la oligarquía nos presentó al “periodo histórico de La Violencia” como una “violencia de todos contra todos, absurda, por distintivos partidistas”, una “violencia entre liberarles y conservadores”; cuando fue una violencia ejercida mediante los paramilitares de la época, los Pájaros, y el ejército oficial, para permitirle a la gran oligarquía ensanchar sus latifundios, desplazando y desposeyendo a millones de campesinos. Claro está, disfrazaron la voluntad de monopolizar tierras en “partidismos absurdos”; usando el manto del partidismo “liberal o conservador”; y cuando estimaron la acumulación suficiente por el momento, y sobre todo se dieron cuenta que los campesinos despojados se vinculaban con el comunismo, hicieron su Frente Nacional: una coalición política entre los 2 partidos de la oligarquía, que decretó alternancia en el poder entre1958-1974… Y hoy, mediante sus mass-media, siguen tirando la piedra y escondiendo la mano: nos quieren hacer ver que el horror que vivimos es debido a “la violencia”, a “los actores armados” a las supuestas “bandas de extrema derecha y de extrema izquierda”, cuando no hay tal asunto de “bandas”, y aquellas que presentan como “bandas espontáneas de extrema derecha, nacidas en respuesta a las bandas de extrema izquierda” no son tales “bandas espontáneas” sino ejércitos de mercenarios coordinados con el ejército oficial, y no han “nacido en respuesta a”, sino que han sido creadas por la oligarquía y las multinacionales para mantener el Estatus Quo de injusticia Social y para profundizar el saqueo, y han sido creadas antes del surgimiento de las guerrillas, quienes sí son una expresión subversiva que busca subvertir el Estatus Quo... Pero a los que crean el Terror les conviene que confundamos todo.
El paramilitarismo ha existido desde hace siglos en Colombia, con otros nombres, pero con la misma funcionalidad, de la mano de la concentración de tierras y riquezas en pocas manos: los paramilitares de hoy son la expresión contemporánea de la violencia ejercida por la oligarquía, a quien la funcionalidad del estado y sus instituciones militares no le alcanzaban para perpetrar la magnitud de genocidio que conocemos hoy. El Paramilitarismo les sirve para preservar la apariencia poluta de sus instituciones, mientras infunden miedo y disuasión de la reivindicación social.
Pero como la dominación social la ejercen los verdaderos “señores de la guerra” que son los grandes oligarcas, que controlan al estado y poseen los mass-media, la funcionaria aplica la propaganda oficial: “Esta fecha es importante para la fiscalía general de la nación porque la unidad nacional para la ‘justicia y la paz’ entrega a sus dolientes los restos óseos de 40 ‘víctimas de la violencia’…”
Terrible es el maltrato a los familiares, la mentira constante, todo es escenario de propaganda y ocultismo en la Colombia que domina una oligarquía narco-paramilitar.
La funcionaria dice, acerca de la entrega de los restos óseos: “…brindará tranquilidad y sosiego la las familias que durante años los buscaron y esperaron su regreso…”.
Esta frase, parece casi una burla, viniendo de parte del Estado Colombiano. La verdadera tranquilidad y sosiego no puede existir en un país en el cual los grandes latifundistas, la oligarquía y las multinacionales han acrecentado sus tierras y su riqueza en base al horror y la muerte. Además a los carniceros oligarcas, el Estado les consolida el negocio sangriento con dineros públicos con su programa “agro ingreso seguro” (11).
·Estatus Quo de privilegios para pocas familias, e indigencia y genocidio contra las mayorías
El 64% de la población de Colombia vive en la pobreza e indigencia. La concentración de la riqueza es escandalosa en Colombia, es el onceavo país con más desigualdad social del mundo (ocupa el puesto número 11 de coeficiente GINI de desigualdad), y es el país más desigual del continente americano. Las cifras de los niños víctimas de la pobreza en Colombia son lacerantes: 45% de ellos son pobres y 17% se encuentran en la indigencia… Un solo banquero, Sarmiento Angulo, controla el 42% del crédito Nacional y acaba de declarar ganancias en el último bimestre de 2009 por 1.250 millones de dólares.
Para rematar a los que protesten contra esta guerra económica, el Estado colombiano ha desaparecido a más de 50.000 personas(12) a través de sus aparatos asumidos (policías, militares), y de su Herramienta paramilitar. El estado practica montajes jurídicos con los que mantiene encarcelados a 7.500 presos y presas políticas (13).
Las masacres han sido usadas por el Estado para paralizar la reivindicación social, y para lograr el desplazamiento masivo de poblaciones: es de esta forma que ha desplazado a más de 4,5 millones de personas de sus tierras(14), que han abandonado más de 10 millones de hectáreas de tierras (15). Las tierras son, tras los bombardeos y masacres, entregadas vacías de sus habitantes a la codicia de las multinacionales y terratenientes, que son co-financiadores del paramilitarismo.
El fenómeno paramilitar y el Terrorismo de Estado continúan hoy en día: Al mismo tiempo que el Estado entrega cajitas con restos de personas a sus familiares, sus esbirros siguen masacrando, asesinando, violando, cortando… con el fin de viabilizar el Saqueo que continúa. El Estado colombiano y las multinacionales perpetuán la situación de injusticia social en Colombia usando el Terror Estatal-Paramilitar.
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Vea VIDEO de Entrega de restos de víctimas de la Estrategia Paramilitar, parte 1 de 3 partes de “Magdalena: La tierra del olvido - Agro Ingreso Seguro”, de Contravía:
Partes ya publicadas del dossier Colombia y sus miles de presos políticos silenciados
El dossier Colombia y sus miles de presos políticos silenciados abarca el contexto de intereses económicos y la represión política correlativa, los montajes judiciales, las condiciones de tortura a las que son sometidos los presos políticos, la invisibilización del drama y lo que su existencia pone de manifiesto. Cada parte ahonda en una temática, constituyendo a la vez un texto autónomo, y un capítulo del Dossier. Las partes ya publicadas del Dossier que consta de 7 partes en su totalidad, son:
Parte I del Dossier: Colombia y sus miles de presos políticos silenciados * Por Azalea Robles La cantidad alarmante de presos políticos pone de manifiesto una situación gravísima de represión contra el pensamiento...
Parte II del Dossier: Colombia y sus miles de presos políticos silenciados * Por Azalea Robles Es en el contexto de articulación entre el enriquecimiento de unos pocos y la represión contra las mayorías...
Parte III del Dossier: Colombia y sus miles de presos políticos silenciados *Por Azalea Robles “Suenan las preguntas, chasquidos en los tímpanos oficiales. Se recuerdan los nombres...
Parte IV del Dossier: Colombia y sus miles de presos políticos silenciados *Por Azalea Robles Hay una utilización sistemática del aparato judicial y del sistema penitenciario como arma de guerra contra amplios sectores de la sociedad....
Parte V del Dossier: Colombia y sus miles de presos políticos silenciados * Por Azalea Robles “Presos políticos lisiados, paralíticos, ciegos o enfermos son sometidos a la tortura diaria al ser situados en medio...
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Masacre de Trujillo: 342 personas torturadas desmembradas, y asesinadas por el Estado colombiano En la masacre de Trujillo torturaron y asesinaron los Militares y sus Narco-Paramilitares, las torturas fueron de una sevicia sin nombre, que buscaba inyectar parálisis por el terror en los sobrevivientes y conseguir un desplazamiento masivo de la población sobreviviente.
Las masacres en Colombia han sido la manera que ha empleado la oligarquía para generar acumulación de capital en pocas manos... y las masacres continúan ahora, en el 2010, los militares siguen masacrando junto con la Herramienta Paramilitar del Estado y las multinacionales... la Herramienta Paramilitar ha solamente cambiado de nombres...
Dossier: Orígenes y evolución del Paramilitarismo
Dossier: Orígenes y evolución del Paramilitarismo:
El segundo capítulo de El Dossier Paramilitar cuenta los orígenes y evolución del paramilitarismo, desde las voces del padre Javier Giraldo, del Cinep, y Federico Andreu, abogado de la Comisión Colombiana de Juristas. Hablan de las alianzas que han permitido la persistencia y fortalecimiento del fenómeno paramilitar, y de las directrices estadounidendes que se plasman en Manuales Militares.
Así mismo, cuatro víctimas de masacres paramilitares ocurridas en distintas regiones de Colombia, relatan las atroces masacres perpetradas por el paramilitarismo. El paramilitarismo es herramienta del Gran Capital para provocar masivos desplazamientos poblacionales y "disuadir la reivindicación social" mediante la inyección del terror. Esta herramienta del terror actúa con la plena connivencia y logística estatal, y está planificada en manuales militares. Varias multinacionales también son financiadoras de la herramienta paramilitar.
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